Entrevista a Fernando González Llort (Presidente de ICAP -Instituto Cubano de Amistad con los Pueblos)
A propósito de la visita a Cuba de la Sra. Virginia Dandan, Experta
Independiente del Consejo de Derechos Humanos de la ONU sobre Derechos Humanos
y Solidaridad Internacional, el equipo editor de Ventana Política realizó una
entrevista a Fernando González Llort, Presidente del Instituto Cubano de
Amistad con los Pueblos (ICAP).
El Héroe de la República de Cuba, es uno de los Cinco cubanos que fueron injustamente encarcelados en prisiones estadounidenses, durante más de 16 años, por luchar contra el terrorismo.
El caso de los Cinco es un ejemplo fehaciente de las innumerables muestras de solidaridad internacional recibidas por Cuba a lo largo de la historia y de la importancia que tiene su reconocimiento como un derecho de las personas y de los pueblos.
Fernando González, en exclusiva para Ventana Política, aborda la historia de solidaridad cultivada por la Revolución Cubana a lo largo de los años; así como temas de actualidad del Movimiento internacional de solidaridad con Cuba, entre ellos la lucha contra el bloqueo económico impuesto a la Isla por Estados Unidos desde hace más de medio siglo.
#Cuba #Solidaridad #DDHHCuba #CubaSolidaria #NoMásBloqueo
VP: La solidaridad de Cuba hacia el mundo ha sido un componente esencial de la Revolución Cubana, ¿cómo es posible esto para un país pequeño que ha estado permanentemente bajo el asedio de un bloqueo criminal por más de 50 años?
En primer lugar, porque la Revolución misma no se entiende sin el sentido de la solidaridad. Si nos remitimos al concepto de “Revolución” que nuestro Comandante en Jefe Fidel Castro nos legara, el internacionalismo y la solidaridad son componentes intrínsecos de la Revolución Cubana, que dejaría de ser si no está incorporado el sentido de ser solidarios e internacionalistas.
Está relacionado directamente con la formación de valores en el ser humano, el tipo de ser humano revolucionario que promovemos.
Hombres y mujeres que interiorizan que la individualidad es importante, pero su desarrollo no se puede llevar a cabo sino en el contexto de un colectivo, que es lo principal, y éste comprende no solo el más inmediato sino toda la humanidad.
En el orden material, implica compartir lo que tenemos, aunque no dispongamos de mucho, y no lo que nos sobra. Existe una diferencia esencial entre la caridad, y la solidaridad que implica la capacidad de sacrificarnos por otros. Los ejemplos de las misiones internacionalistas cumplidas por los cubanos lo ilustran.
Lo hemos podido hacer porque también la Revolución ha aprendido a hacer mucho con poco. Esa concepción nos permite lograr cosas en el orden de la solidaridad que para otros, si tuvieran la voluntad, implicaría costos insostenibles.
El asedio al que la pregunta hace referencia no solo se limita al ámbito económico, aunque es fundamental. También comprende un asedio informativo, de tergiversación de la información sobre la realidad cubana y sobre qué es la Revolución. De manera que también nuestro sentido solidario, la experiencia práctica de la solidaridad, conlleva un contacto del mundo con Cuba, con lo que somos.
VP: ¿Cómo ha contribuido la solidaridad internacional de Cuba a los derechos humanos de otros pueblos del mundo?
La contribución de Cuba, al costo de la sangre y la vida de más de dos mil de sus hijos, a la obtención de la independencia de algunos países de África, ha sido fundamental para el disfrute de los derechos humanos de los pueblos que se han independizado de la tutela colonial.
Namibia, por ejemplo. ¿Qué derechos humanos podían disfrutar los namibios viviendo bajo el régimen del Apartheid de Sudáfrica? Cuba contribuyó significativamente a la lucha del pueblo namibio para alcanzar su independencia. El derecho a ser un país independiente y soberano es un derecho humano esencial sin el cual no se podrían garantizar otros derechos.
El régimen del Apartheid en Sudáfrica se desmanteló, entre otras razones, por la participación militar de Cuba en Angola para la preservación de la independencia y la integridad territorial de ese país. Las derrotas militares de los racistas sudafricanos en Angola a manos de las Fuerzas Armadas para la Liberación de Angola, la SWAPO y las tropas cubanas, fueron decisivas en el desmantelamiento del régimen racista en Sudáfrica. Bajo ese régimen, los derechos humanos para veinte millones de negros no existían.
Pero no ha sido solo en el ámbito militar en el que Cuba ha contribuido a los derechos humanos de otros pueblos. La solidaridad y el internacionalismo cubanos han ayudado a alfabetizar a millones de individuos en varios países del mundo. Un pueblo analfabeto, ¿de qué derechos humanos puede gozar? La solidaridad de Cuba ha contribuido a que millones de seres humanos en el mundo puedan leer y escribir, el primer paso para comprender el mundo en que vivimos e interpretar los derechos que nos asisten.
La contribución solidaria de Cuba en el área de la educación no solo se ha limitado a la eliminación del analfabetismo y la realización del derecho a la educación. Son cientos de miles los ciudadanos de países del Tercer Mundo que han recibido educación de diferentes niveles, tanto en Cuba a través de las becas, como en sus propios países, mediante programas de cooperación. La educación es un derecho humano fundamental al que Cuba ha contribuido en muchos países.La salud es otro derecho humano esencial que la solidaridad cubana ha ayudado a impulsar en decenas de naciones. Suman cientos de miles los médicos cubanos que han prestado servicios en decenas de países del Tercer Mundo, y en regiones geográficas a los que no habían llegado otros médicos.
La solidaridad internacional cubana también ha contribuido a la formación de decenas de miles de médicos de otros países, incluyendo de los Estados Unidos. Jóvenes que en sus naciones de origen jamás hubieran tenido la oportunidad de convertirse en profesionales.
En el ámbito del acceso a la cultura, otro derecho humano, la solidaridad cubana también ha ayudado a otros pueblos del mundo.
VP: El pueblo cubano, a lo largo de su historia, ha recibido innumerables muestras de solidaridad internacional, ¿cómo se manifiesta en la actualidad y cuáles son los principales retos que tiene el Movimiento de Solidaridad con Cuba?
Ciertamente, desde nuestras luchas por la independencia en el siglo XIX hemos recibido la solidaridad de otros pueblos. Ahí están los ejemplos de participantes en nuestras gestas emancipadoras provenientes de otros países. El ejemplo más sobresaliente el de Máximo Gómez, pero no el único.
En cada una de las etapas de nuestra lucha por la liberación ha existido participación de individuos de otras naciones y esfuerzos solidarios desde otros países del hemisferio.
Desde el mismo triunfo de la Revolución Cubana, nuestro proceso despertó las simpatías de los pueblos del mundo y comenzó a manifestarse el apoyo solidario al esfuerzo emancipador en el que desde entonces hemos estado involucrados. Ese apoyo, con el tiempo, se fue articulando en un Movimiento de Solidaridad con Cuba estructurado. Hoy existen 1997 asociaciones de amistad con Cuba en 154 países del mundo. En la mayor parte de ellos, estas asociaciones tienen una vida orgánica, es decir, se reúnen, se trazan planes de acción, planifican las actividades de solidaridad, etc. Con periodicidad realizan sus encuentros nacionales en los que analizan lo hecho hasta el momento y se proponen tareas a realizar en el período hasta el próximo encuentro nacional.
De la misma manera, con carácter regional se realizan este tipo de encuentros, casi siempre continentales aunque también los hay subregionales.
Si bien en ocasiones esa solidaridad se ha expresado y se expresa en el ámbito material por parte de algunos componentes del Movimiento de Solidaridad con Cuba, el apoyo y la solidaridad han sido fundamentalmente de tipo político: acompañando a Cuba en las demandas fundamentales como la exigencia del levantamiento del bloqueo económico, comercial y financiero que mantiene el gobierno de Estados Unidos contra Cuba ya por más de 50 años; la demanda de que se le devuelva a Cuba y a su pueblo el territorio que ocupa ilegalmente Estados Unidos con su Base Naval en Guantánamo; y la difusión de la verdad sobre la realidad cubana sobre la cual tanta injuria e información tergiversada se difunde en el mundo.
Durante los años del Período Especial, cuando la situación económica del país era extremadamente crítica, la solidaridad en el ámbito material de los grupos de amistad con Cuba en el mundo, sobre todo el desarrollado, adquirió un rol mayor. Eso ha ido disminuyendo, y aunque existen algunos proyectos de cooperación establecidos por algunas de las asociaciones de amistad, la solidaridad que recibimos de ellas es preponderantemente de tipo político y moral.
Cuando nuestro país se trazó como prioridad la lucha por la liberación de los cinco cubanos que permanecimos en prisiones en Estados Unidos, el Movimiento de Solidaridad con Cuba acompañó a nuestro pueblo en esa batalla de más de 16 años haciendo suya también esa prioridad.
El Héroe de la República de Cuba, es uno de los Cinco cubanos que fueron injustamente encarcelados en prisiones estadounidenses, durante más de 16 años, por luchar contra el terrorismo.
El caso de los Cinco es un ejemplo fehaciente de las innumerables muestras de solidaridad internacional recibidas por Cuba a lo largo de la historia y de la importancia que tiene su reconocimiento como un derecho de las personas y de los pueblos.
Fernando González, en exclusiva para Ventana Política, aborda la historia de solidaridad cultivada por la Revolución Cubana a lo largo de los años; así como temas de actualidad del Movimiento internacional de solidaridad con Cuba, entre ellos la lucha contra el bloqueo económico impuesto a la Isla por Estados Unidos desde hace más de medio siglo.
#Cuba #Solidaridad #DDHHCuba #CubaSolidaria #NoMásBloqueo
VP: La solidaridad de Cuba hacia el mundo ha sido un componente esencial de la Revolución Cubana, ¿cómo es posible esto para un país pequeño que ha estado permanentemente bajo el asedio de un bloqueo criminal por más de 50 años?
En primer lugar, porque la Revolución misma no se entiende sin el sentido de la solidaridad. Si nos remitimos al concepto de “Revolución” que nuestro Comandante en Jefe Fidel Castro nos legara, el internacionalismo y la solidaridad son componentes intrínsecos de la Revolución Cubana, que dejaría de ser si no está incorporado el sentido de ser solidarios e internacionalistas.
Está relacionado directamente con la formación de valores en el ser humano, el tipo de ser humano revolucionario que promovemos.
Hombres y mujeres que interiorizan que la individualidad es importante, pero su desarrollo no se puede llevar a cabo sino en el contexto de un colectivo, que es lo principal, y éste comprende no solo el más inmediato sino toda la humanidad.
En el orden material, implica compartir lo que tenemos, aunque no dispongamos de mucho, y no lo que nos sobra. Existe una diferencia esencial entre la caridad, y la solidaridad que implica la capacidad de sacrificarnos por otros. Los ejemplos de las misiones internacionalistas cumplidas por los cubanos lo ilustran.
Lo hemos podido hacer porque también la Revolución ha aprendido a hacer mucho con poco. Esa concepción nos permite lograr cosas en el orden de la solidaridad que para otros, si tuvieran la voluntad, implicaría costos insostenibles.
El asedio al que la pregunta hace referencia no solo se limita al ámbito económico, aunque es fundamental. También comprende un asedio informativo, de tergiversación de la información sobre la realidad cubana y sobre qué es la Revolución. De manera que también nuestro sentido solidario, la experiencia práctica de la solidaridad, conlleva un contacto del mundo con Cuba, con lo que somos.
VP: ¿Cómo ha contribuido la solidaridad internacional de Cuba a los derechos humanos de otros pueblos del mundo?
La contribución de Cuba, al costo de la sangre y la vida de más de dos mil de sus hijos, a la obtención de la independencia de algunos países de África, ha sido fundamental para el disfrute de los derechos humanos de los pueblos que se han independizado de la tutela colonial.
Namibia, por ejemplo. ¿Qué derechos humanos podían disfrutar los namibios viviendo bajo el régimen del Apartheid de Sudáfrica? Cuba contribuyó significativamente a la lucha del pueblo namibio para alcanzar su independencia. El derecho a ser un país independiente y soberano es un derecho humano esencial sin el cual no se podrían garantizar otros derechos.
El régimen del Apartheid en Sudáfrica se desmanteló, entre otras razones, por la participación militar de Cuba en Angola para la preservación de la independencia y la integridad territorial de ese país. Las derrotas militares de los racistas sudafricanos en Angola a manos de las Fuerzas Armadas para la Liberación de Angola, la SWAPO y las tropas cubanas, fueron decisivas en el desmantelamiento del régimen racista en Sudáfrica. Bajo ese régimen, los derechos humanos para veinte millones de negros no existían.
Pero no ha sido solo en el ámbito militar en el que Cuba ha contribuido a los derechos humanos de otros pueblos. La solidaridad y el internacionalismo cubanos han ayudado a alfabetizar a millones de individuos en varios países del mundo. Un pueblo analfabeto, ¿de qué derechos humanos puede gozar? La solidaridad de Cuba ha contribuido a que millones de seres humanos en el mundo puedan leer y escribir, el primer paso para comprender el mundo en que vivimos e interpretar los derechos que nos asisten.
La contribución solidaria de Cuba en el área de la educación no solo se ha limitado a la eliminación del analfabetismo y la realización del derecho a la educación. Son cientos de miles los ciudadanos de países del Tercer Mundo que han recibido educación de diferentes niveles, tanto en Cuba a través de las becas, como en sus propios países, mediante programas de cooperación. La educación es un derecho humano fundamental al que Cuba ha contribuido en muchos países.La salud es otro derecho humano esencial que la solidaridad cubana ha ayudado a impulsar en decenas de naciones. Suman cientos de miles los médicos cubanos que han prestado servicios en decenas de países del Tercer Mundo, y en regiones geográficas a los que no habían llegado otros médicos.
La solidaridad internacional cubana también ha contribuido a la formación de decenas de miles de médicos de otros países, incluyendo de los Estados Unidos. Jóvenes que en sus naciones de origen jamás hubieran tenido la oportunidad de convertirse en profesionales.
En el ámbito del acceso a la cultura, otro derecho humano, la solidaridad cubana también ha ayudado a otros pueblos del mundo.
VP: El pueblo cubano, a lo largo de su historia, ha recibido innumerables muestras de solidaridad internacional, ¿cómo se manifiesta en la actualidad y cuáles son los principales retos que tiene el Movimiento de Solidaridad con Cuba?
Ciertamente, desde nuestras luchas por la independencia en el siglo XIX hemos recibido la solidaridad de otros pueblos. Ahí están los ejemplos de participantes en nuestras gestas emancipadoras provenientes de otros países. El ejemplo más sobresaliente el de Máximo Gómez, pero no el único.
En cada una de las etapas de nuestra lucha por la liberación ha existido participación de individuos de otras naciones y esfuerzos solidarios desde otros países del hemisferio.
Desde el mismo triunfo de la Revolución Cubana, nuestro proceso despertó las simpatías de los pueblos del mundo y comenzó a manifestarse el apoyo solidario al esfuerzo emancipador en el que desde entonces hemos estado involucrados. Ese apoyo, con el tiempo, se fue articulando en un Movimiento de Solidaridad con Cuba estructurado. Hoy existen 1997 asociaciones de amistad con Cuba en 154 países del mundo. En la mayor parte de ellos, estas asociaciones tienen una vida orgánica, es decir, se reúnen, se trazan planes de acción, planifican las actividades de solidaridad, etc. Con periodicidad realizan sus encuentros nacionales en los que analizan lo hecho hasta el momento y se proponen tareas a realizar en el período hasta el próximo encuentro nacional.
De la misma manera, con carácter regional se realizan este tipo de encuentros, casi siempre continentales aunque también los hay subregionales.
Si bien en ocasiones esa solidaridad se ha expresado y se expresa en el ámbito material por parte de algunos componentes del Movimiento de Solidaridad con Cuba, el apoyo y la solidaridad han sido fundamentalmente de tipo político: acompañando a Cuba en las demandas fundamentales como la exigencia del levantamiento del bloqueo económico, comercial y financiero que mantiene el gobierno de Estados Unidos contra Cuba ya por más de 50 años; la demanda de que se le devuelva a Cuba y a su pueblo el territorio que ocupa ilegalmente Estados Unidos con su Base Naval en Guantánamo; y la difusión de la verdad sobre la realidad cubana sobre la cual tanta injuria e información tergiversada se difunde en el mundo.
Durante los años del Período Especial, cuando la situación económica del país era extremadamente crítica, la solidaridad en el ámbito material de los grupos de amistad con Cuba en el mundo, sobre todo el desarrollado, adquirió un rol mayor. Eso ha ido disminuyendo, y aunque existen algunos proyectos de cooperación establecidos por algunas de las asociaciones de amistad, la solidaridad que recibimos de ellas es preponderantemente de tipo político y moral.
Cuando nuestro país se trazó como prioridad la lucha por la liberación de los cinco cubanos que permanecimos en prisiones en Estados Unidos, el Movimiento de Solidaridad con Cuba acompañó a nuestro pueblo en esa batalla de más de 16 años haciendo suya también esa prioridad.
De manera que, desde el regreso de los compañeros a Cuba y la victoria
obtenida con la ayuda de nuestros amigos en todo el mundo, hemos estado
involucrados en el redimensionamiento del trabajo de solidaridad. Hemos
retomado las prioridades de la lucha contra el Bloqueo; la demanda del regreso
a Cuba del territorio que ocupa ilegalmente la Base Naval de EE.UU. en
Guantánamo; el desenmascaramiento de las medidas subversivas que se aplican
contra nuestro país; la solidaridad con los procesos revolucionarios y
progresistas en el continente americano; y las solidaridad con causas justas
como la del pueblo Palestino.
Esta labor de redimensionamiento ha estado orientada a evitar que, llevados por la euforia de la victoria que significó para el movimiento de solidaridad internacional el regreso de los tres compañeros que quedaban en prisiones norteamericanas, éste se desmovilizara. Sobre todo si tenemos en cuenta que el regreso de Ramón, Antonio y Gerardo sucedió el 17 de diciembre de 2014, en el momento en que los presidentes Raúl Castro y Barack Obama anunciaban al mundo el restablecimiento de relaciones diplomáticas entre Cuba y los Estados Unidos, y el inicio del camino hacia la normalización.
Ese nuevo contexto implica todavía una ardua labor de esclarecimiento de las circunstancias actuales y de la necesidad de perseverar y continuar en la lucha porque el asedio del gobierno norteamericano contra nuestro país persiste.
Es uno de los retos que tiene el Movimiento de Solidaridad con Cuba: contribuir a hacer llegar esa verdad a todo el mundo; esclarecer en qué momento nos encontramos en el país tanto en lo interno como en lo externo; mantener la unidad del movimiento y contribuir también a la unidad de las fuerzas políticas de izquierda en el mundo y especialmente en América Latina.
Otro de los retos y desafíos es el llegar a la juventud de una forma más efectiva y la incorporación de los jóvenes en mayor número a las diferentes organizaciones de solidaridad que existen en todo el mundo. Esta es una necesidad de forma general aunque se expresa de manera distinta en las diferentes regiones del mundo.
No podemos olvidar que en el mundo se han estado aplicando durante casi cuatro décadas políticas neoliberales. El neoliberalismo, además de constituir un modelo económico, es un sistema ideológico que impone una pseudo cultura, la apatía política, la desmotivación por los problemas sociales, el individuo se ve a sí mismo como un ente aislado, se debilita el tejido social, el sentido colectivo, la pertenencia a una comunidad, a un grupo con intereses comunes que los defiende de manera unida y como grupo primando los intereses colectivos por encima de los individuales. En este sentido, tiende a debilitar el sentido de la solidaridad y a oscurecer a las nuevas generaciones la comprensión del papel de la solidaridad como un valor esencial. Contra todo eso hay que luchar y la solidaridad, la defensa de ese valor y su puesta en práctica, se convierte en una necesidad para la formación del individuo y para su comprensión de los procesos sociales.
VP: Ante los desafíos actuales de Cuba y los desequilibrios vigentes a nivel global, ¿qué importancia le otorga a la solidaridad internacional?
Creo que en la respuesta a la pregunta anterior ya menciono algunos elementos que responden en parte esta pregunta. A nosotros nos viene de José Martí el concepto de que “Patria es Humanidad”.
Es imprescindible, para la salvación del mundo, que se piense con una mentalidad más universal, que los individuos se consideren parte de una realidad que no es solo el barrio, la comunidad en la que viven, ni siquiera el país en el que habitan. Todos habitamos un planeta que está en peligro, tanto por las amenazas que implica el deterioro acelerado de las condiciones naturales de vida de la especie humana, como por la capacidad de destrucción del armamento nuclear y no nuclear que pone en riesgo al planeta. Los desafíos son universales y ningún país ni pueblo los pueden enfrentar individualmente. Las soluciones tienen que ser colectivas, con visión de humanidad. Y tampoco se pueden alcanzar las soluciones sin que exista la comprensión del rol que deben jugar los países de más recursos económicos en el apoyo a los de menores capacidades.
La capacidad de ser solidarios es hoy más importante que nunca. La solidaridad internacional y la defensa de los derechos humanos están estrechamente vinculados. La promoción y protección de estos derechos no se pueden garantizar en todas partes sin el sentido y el papel de la solidaridad internacional.
El derecho al desarrollo para todos los países y pueblos es imposible sin una visión solidaria. No se puede dejar a las leyes del mercado. Los pueblos tienen derecho a la solidaridad, a que se practique y a que sea un valor que se potencie en todas las sociedades y no que sea un valor marginal en ninguna sociedad.
No se puede lograr un orden internacional justo y equitativo sin la práctica de la solidaridad, en el que primen, en lugar del afán de enriquecimiento de unos pocos, que siempre resulta en el empobrecimiento de millones, las relaciones solidarias entre los individuos y los pueblos. No se logra ese objetivo sin que comprendamos el valor de la unidad y la cooperación, el encontrar lo que nos acerca y lo que nos hace semejantes desechando lo que nos separa.
La Paz, tan amenazada y tan necesaria para el mundo, solo se podrá lograr a partir de una visión solidaria, una perspectiva en la que la solidaridad internacional predomine.
Esta labor de redimensionamiento ha estado orientada a evitar que, llevados por la euforia de la victoria que significó para el movimiento de solidaridad internacional el regreso de los tres compañeros que quedaban en prisiones norteamericanas, éste se desmovilizara. Sobre todo si tenemos en cuenta que el regreso de Ramón, Antonio y Gerardo sucedió el 17 de diciembre de 2014, en el momento en que los presidentes Raúl Castro y Barack Obama anunciaban al mundo el restablecimiento de relaciones diplomáticas entre Cuba y los Estados Unidos, y el inicio del camino hacia la normalización.
Ese nuevo contexto implica todavía una ardua labor de esclarecimiento de las circunstancias actuales y de la necesidad de perseverar y continuar en la lucha porque el asedio del gobierno norteamericano contra nuestro país persiste.
Es uno de los retos que tiene el Movimiento de Solidaridad con Cuba: contribuir a hacer llegar esa verdad a todo el mundo; esclarecer en qué momento nos encontramos en el país tanto en lo interno como en lo externo; mantener la unidad del movimiento y contribuir también a la unidad de las fuerzas políticas de izquierda en el mundo y especialmente en América Latina.
Otro de los retos y desafíos es el llegar a la juventud de una forma más efectiva y la incorporación de los jóvenes en mayor número a las diferentes organizaciones de solidaridad que existen en todo el mundo. Esta es una necesidad de forma general aunque se expresa de manera distinta en las diferentes regiones del mundo.
No podemos olvidar que en el mundo se han estado aplicando durante casi cuatro décadas políticas neoliberales. El neoliberalismo, además de constituir un modelo económico, es un sistema ideológico que impone una pseudo cultura, la apatía política, la desmotivación por los problemas sociales, el individuo se ve a sí mismo como un ente aislado, se debilita el tejido social, el sentido colectivo, la pertenencia a una comunidad, a un grupo con intereses comunes que los defiende de manera unida y como grupo primando los intereses colectivos por encima de los individuales. En este sentido, tiende a debilitar el sentido de la solidaridad y a oscurecer a las nuevas generaciones la comprensión del papel de la solidaridad como un valor esencial. Contra todo eso hay que luchar y la solidaridad, la defensa de ese valor y su puesta en práctica, se convierte en una necesidad para la formación del individuo y para su comprensión de los procesos sociales.
VP: Ante los desafíos actuales de Cuba y los desequilibrios vigentes a nivel global, ¿qué importancia le otorga a la solidaridad internacional?
Creo que en la respuesta a la pregunta anterior ya menciono algunos elementos que responden en parte esta pregunta. A nosotros nos viene de José Martí el concepto de que “Patria es Humanidad”.
Es imprescindible, para la salvación del mundo, que se piense con una mentalidad más universal, que los individuos se consideren parte de una realidad que no es solo el barrio, la comunidad en la que viven, ni siquiera el país en el que habitan. Todos habitamos un planeta que está en peligro, tanto por las amenazas que implica el deterioro acelerado de las condiciones naturales de vida de la especie humana, como por la capacidad de destrucción del armamento nuclear y no nuclear que pone en riesgo al planeta. Los desafíos son universales y ningún país ni pueblo los pueden enfrentar individualmente. Las soluciones tienen que ser colectivas, con visión de humanidad. Y tampoco se pueden alcanzar las soluciones sin que exista la comprensión del rol que deben jugar los países de más recursos económicos en el apoyo a los de menores capacidades.
La capacidad de ser solidarios es hoy más importante que nunca. La solidaridad internacional y la defensa de los derechos humanos están estrechamente vinculados. La promoción y protección de estos derechos no se pueden garantizar en todas partes sin el sentido y el papel de la solidaridad internacional.
El derecho al desarrollo para todos los países y pueblos es imposible sin una visión solidaria. No se puede dejar a las leyes del mercado. Los pueblos tienen derecho a la solidaridad, a que se practique y a que sea un valor que se potencie en todas las sociedades y no que sea un valor marginal en ninguna sociedad.
No se puede lograr un orden internacional justo y equitativo sin la práctica de la solidaridad, en el que primen, en lugar del afán de enriquecimiento de unos pocos, que siempre resulta en el empobrecimiento de millones, las relaciones solidarias entre los individuos y los pueblos. No se logra ese objetivo sin que comprendamos el valor de la unidad y la cooperación, el encontrar lo que nos acerca y lo que nos hace semejantes desechando lo que nos separa.
La Paz, tan amenazada y tan necesaria para el mundo, solo se podrá lograr a partir de una visión solidaria, una perspectiva en la que la solidaridad internacional predomine.
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