Junio 27, 2021 - Diario Contexto
El diplomático (Embajador Gómez Zamora) habló con Contexto sobre la actual situación en su país y sobre una combinación de actores que se han repetido en los procesos de desestabilización en la región: la NED, la USAID, los medios hegemónicos y una oposición al servicio de los intereses imperialistas.
En el marco de los últimos sucesos en Nicaragua, que los medios hegemónicos y los partidos de derecha de la región intentan mostrar como una «persecución a la oposición política», Contexto dialogó con el embajador Orlando Gómez Zamora, representante de Nicaragua en Argentina.
En los últimos días muchos medios de comunicación, en especial los medios hegemónicos, han publicado artículos o hecho informes en los que aseguran que en Nicaragua se persigue a la oposición y se ha arrestado a precandidatos a la presidencia. ¿Cuál es la verdad sobre este tema?
El Gobierno de Reconciliación y Unidad Nacional de Nicaragua tiene una postura firme por la defensa de la soberanía y la autodeterminación del pueblo nicaragüense. La detención de esas personas, a las que hacen referencia los medios de comunicación, no se ha producido por su aspiración o no a ser candidatos. Estas personas son las cabezas de organismos no gubernamentales (ONG) que, además de fomentar la desinformación y la animadversión contra el gobierno legítimamente electo (en 2016), han recibido millones de dólares (hasta el momento se han registrado 16,5 millones de dólares provenientes del extranjero), que no han declarado y que han sido utilizados para otros fines que no son los declarados en los estatutos de esas ONG.
La gran mayoría de ese dinero ha ido a las arcas de la Fundación Violeta Barrios de Chamorro, cuyo objetivo supuesto es «ayudar a niños desprovistos de cuidados», pero ese dinero ha sido desviado a la formación de un frente político-ideológico-mediático para atacar al gobierno.
¿Este dinero de dónde proviene?
Principalmente de la Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID), de la Fundación Nacional para la Democracia (NED), del Instituto Republicano Internacional (IRI) y de fuentes europeas ligadas a estos grupos.
Esas personas, a las que hacía referencia, han sido detenidas en el marco de una investigación para determinar el rumbo que fue dado a esos millones de dólares. Si bien, en cierto punto, es obvio para qué ha sido usada esa enorme cantidad de dinero, la Justicia quiere determinar las ramificaciones de esa operación, que es también vista desde la lucha contra el lavado de activos.
Todas las leyes de Nicaragua que están siendo aplicadas para combatir el lavado de dinero se ajustan al derecho internacional.
Estas personas detenidas ¿también tuvieron vínculo con los hechos violentos de 2018?
Los hechos de abril de 2018 impulsaron al Gobierno y a la Justicia a observar con precisión la forma de operar de estas ONG. Hay que entender que, por ley, todas estas organizaciones no gubernamentales estaban inscriptas en el Ministerio de Gobernación, que es el organismo que tiene una sección donde estas entidades deben inscribirse y que determina los reglamentos correspondientes para su funcionamiento. Pero los informes de estas entidades ante el Ministerio de Gobierno no revelaban el flujo de dinero que estaban recibiendo ni los destinos que estaban dando a ese dinero.
Contrastando con los datos oficiales que la misma USAID publica en sus sitios de internet, al igual que los datos oficiales de los otros organismos a los que hice referencia, se ve que el dinero entregado a estas organizaciones alcanza, por lo menos, los 16,5 millones de dólares. Siendo la principal receptora de este dinero la Fundación Violeta Barrios de Chamorro, el Centro Nicaragüense de Derechos Humanos (CENID), la Comisión Permanente de Derechos Humanos de Nicaragua (CPDH) y un grupo de periodistas que se autodefinen como «independientes», pero que son financiados por estas entidades con decenas de miles o incluso cientos de miles de dólares.
¿Cuál ha sido el rol de la Embajada de Estados Unidos y del Departamento de Estado en todos estos hechos?
Lo voy a resumir en un dicho popular: «Si tiene apariencia de pato, camina como pato y hace graznido de pato, es un pato». Cristina Chamorro, que es la principal figura con la que la prensa internacional ataca al Gobierno por su detención, es la principal receptora, a través de la Fundación Violeta Barrios de Chamorro, de los dineros de la USAID, la NED y el IRI. Además, Cristina Chamorro es promovida en los departamentos de Nicaragua y en sectores conservadores y liberales de nuestro país por el embajador de Estados Unidos como la candidata a la que ellos apoyan. Eso no solo es una injerencia en los asuntos internos de nuestro país, sino que también es una violación a su estatus diplomático como embajador. El resto de los candidatos de oposición son solo una especie de escenografía para resaltar la figura de ella, que es la candidata elegida por el imperio. Cristina Chamorro es solo una empleada de los Estados Unidos, eso es más que claro.
Hay que entender que ningún Estado que se digne de ser soberano, independiente y libre puede dejar pasar la cantidad de dinero que Estados Unidos, teniendo relaciones formales con Nicaragua, utiliza para crear y fomentar una oposición contra el Gobierno.
Lo que también está ligado con el intento de golpe de 2018. La misma USAID reconoció que en 2018 financió a estos sectores con más de cuatro millones de dólares y que ese dinero fue utilizado para crear los supuestos «liderazgos jóvenes», que son los que encabezaron aquellos hechos.
¿Cuál es la actual estrategia?
Ahora buscan restarle total credibilidad a las elecciones que se realizarán en noviembre de este año y después de las elecciones argumentar que hubo fraude y que el Gobierno es ilegítimo y, en base a ello, tener el pretexto para otro intento armado como el de abril de 2018.
¿Qué otros actores están involucrados?
En esos documentos aparece también mencionado el periodista Carlos Fernando Chamorro, quien recibió miles de dólares de estas entidades a través de su propia hermana. También se habla de Félix Madariaga, quien, además de haber solicitado reiteradamente la intervención de Estados Unidos en Nicaragua, se ha fotografiado orgulloso con personajes norteamericanos que han trabajado contra el país y contra los gobiernos soberanos de la región. Entre ellos aparece el senador republicano Marco Rubio, la representante Ileana Ros-Lehtinen, y el senador demócrata Bob Menéndez. Madariaga, además, publicaba fotos y videos en los tanques de 2018, donde estaba junto a los seudoinsurreccionados que asesinaron, violaron a muchos y muchas nicaragüenses, y también quemaron escuelas, destruyeron centros de salud, etcétera.
¿Estos hechos son continuación de aquellos de 2018?
En Nicaragua hay una confabulación interna con el apoyo de Estados Unidos y de gobiernos de países que antes fueron imperios, como los países de la Unión Europea, y de sus aliados regionales, como los países sumisos que forman parte del Grupo de Lima. Esto es la continuidad de un proceso de agresión que no es nuevo, comenzó luego de triunfo de la Revolución Sandinista en 1979 y continuó en distintas formas: la guerra con la Contra nicaragüense, la derrota electoral (que fue producto de la misma situación que generó la guerra), el intento de legislar para que el sandinismo no pudiera volver al gobierno. En ese marco pasaron por el país haciendo campaña contra el sandinismo Colin Powell, secretario de Estado, Donald Rumsfeld, secretario de Defensa norteamericano, el señor Mario Vargas Llosa, referente de la derecha neoliberal, José María Aznar, ex presidente español, y otros. Luego del triunfo electoral la agresión siguió por otras vías y ahora están intentando agredirnos nuevamente.
En su programa, el Frente Sandinista plantea una transformación de lo que ha sido la realidad social, económica y política del país, la construcción de un país independiente, soberano, con autodeterminación y que, en materia de política exterior, se rige por el multilateralismo y la solución pacíficas de las controversias. Todo ello, como dije, choca con los intereses del imperio norteamericano y los intereses imperialistas de gobiernos europeos.
No hay que olvidar que, hasta hace poco, John Bolton, que era asesor del expresidente Donald Trump, y el ex secretario de Estado Mike Pompeo planteaban que había que aplicar una renovación, una versión actualizada de la diplomacia sustentada en la Doctrina Monroe, de 1822, y la concepción del «Destino manifiesto». Para eso, ellos y otros funcionarios que anduvieron por la región señalaban que nuestros países no podían tener relaciones con China, Rusia e Irán. No aceptaban la autodeterminación de los pueblos, solo la total sumisión a sus intereses.
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