Para que todos sepan la doble moral que tiene el actual inquilino de la Casa Blanca, el pasado mes de abril de 2019, Donald Trump y tres de sus hijos, Donald Jr., Ivanka y Eric, más su empresa la Trump Organization, interpusieron sendas demandas a los bancos Deutsche Bank de la República Alemana y al Capital One, de propiedad estadounidense.
El motivo de las mismas es impedir que los bancos entreguen informaciones sobre sus finanzas personales, a dos Comités de la Cámara de Representantes, situación a la que dichas entidades bancarias están obligadas debido a un requerimiento judicial presentado en la Corte del distrito sur de New York.
El Clan Trump trata de impedir, por todos los medios, la investigación que llevan a cabo los demócratas en la Cámara de Representantes.
El contenido de la demanda de los abogados de los Trump, se hizo público y ha permitido conocer que en la misma alegan que la solicitud de información “no tiene ninguna legitimidad ni fin legítimo y ha sido emitida por los demócratas con un objetivo político”.
El Deutsche Bank, a través de su portavoz, Kerrie McHugh, declaró que “están comprometidos en brindar la información correspondiente para todas las investigaciones que han sido autorizadas y ellos cumplirán con las órdenes judiciales”.
La negativa del Clan Trump pone en evidencia la doble moral yanqui, que mientras obstaculizan las informaciones sobre sus finanzas, aprueban anualmente altos presupuestos para que la Oficina de Control de Activos Extranjeros (OFAC) del Departamento del Tesoro, se ocupe de exigirle a los bancos de todo el mundo, información sobre las transacciones que ejecutan con entidades cubanas, incluso para pagar las cuotas de los organismos internacionales, entre ellas las de Naciones Unidas, todo eso con un fin político.
Precisamente en el 2014 bajo la administración de Barack Obama, la OFAC solicitó al Deutsche Bank, información concerniente a los pagos en dólares efectuados por sus instituciones, provenientes o hacia Cuba.
En 2015 el banco alemán Commerzbank, fue obligado a pagar a varias autoridades estadounidenses 1,196 millones de euros (1,452 millones de dólares) por haber realizado transacciones con empresas de Cuba. Otras compañías comerciales alemanas como Siemens, Daimler y Deutsche Telekom, recibieron advertencias de la OFAC para que no ejecutaran ninguna acción financiera con la Isla.
Ante tales imposiciones imperiales, el abogado y profesor de Derecho Internacional en Düsseldorf, Siegfried Elsing, declaró en ese momento:
“En Estados Unidos existe la tendencia de imponer sus propias leyes y un banco que actúa a nivel global, no puede evitar a Estados Unidos, por eso hay que someterse ante ellos”.
Con anterioridad la Oficina de Control de Activos Extranjeros (OFAC), había multado a una de las sucursales del banco alemán Commerzbank, situada en Nueva York, por respaldar transacciones con entidades cubanas, que violan la guerra económica, comercial y financiera que Estados Unidos impone a la Isla desde hace más de medio siglo.
La multa más alta aplicada por los yanquis a bancos extranjeros que mantienen relaciones con Cuba, la recibió en 2015 bajo el gobierno de Obama, el BNP Paribas, el mayor banco de Francia, por un total de 10 mil millones de dólares, rebajado a 8 mil 834 millones de dólares después de un largo proceso de conversaciones entre París y Washington.
Adicionalmente, dicho banco fue sancionado a no realizar operaciones en dólares durante un año, especialmente en el sector del petróleo y el gas, demostrando con ese proceder que Estados Unidos está por encima de lo regulado en derecho internacional, al imponerles sanciones por comerciar directamente con Cuba a naciones soberanas.
Con esos antecedentes, es posible que el banco alemán entregue los requerimientos solicitados por la Corte de New York respecto a las cuentas del Clan Trump, como desquite por las multas y presiones políticas que reciben las entidades alemanas, pues como afirmó José Martí:
“La historia salda cuentas”.
*Arthur González, cubano, especialista en relaciones Cuba-EE.UU., editor del Blog El Heraldo Cubano.
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