Fotos: Yaimí Ravelo Rojas
Es una mujer hermosa. Usa unos llamativos turbantes que la distinguen. Irradia fuerza. Nacida en Medellín, capital de la provincia montañosa colombiana de Antioquia, Piedad Córdoba, es abogada, pero decidió por la política y la defensa de los derechos humanos.
Su sangre es afrodescendiente, quizás por eso y por inclinarse a la izquierda sus posibilidades de avanzar en la carrera hacia la Casa de Nariño en 2018 se vieron truncadas, aunque el abandono en abril de la candidatura presidencial no significa que deje en modo alguno eso: la política.
Córdoba viajó a Caracas para acompañar –al igual que hicieron otras personalidades del mundo- los comicios del 20 de mayo en Venezuela, donde “el triunfo de Nicolás Maduro significa esperanza para América Latina, resistencia ante los múltiples intentos de desestabilización y fin del proyecto emancipatorio”, afirmó en la capital venezolana la excandidata presidencial al responder para Resumen Latinoamericano una batería de preguntas.
Piedad Córdoba se sumó al pedido de libertad para el expresidente de Brasil Luiz Inácio Lula da Silva, impulsado por el Comité Internacional Paz, Justicia y Dignidad a los Pueblos. |
La nueva victoria de Maduro –añadió- es “un aliciente para los países que siguen por la senda del progresismo para que no desfallezcan y continúen fortaleciéndose”.
De ahí que “la legitimidad de las elecciones que acaban de celebrarse en Venezuela pasa por la reflexión de la disputa de dos modelos imperantes; el que promueve la derecha continental y el progresista de las nuevas fuerzas transformadoras de sociedades”.
Precisamente, los colombianos irán a las urnas el domingo 27 de mayo. ¿Qué anticiparía usted respecto los resultados?
A pesar de encontrarnos en un escenario de postacuerdo, el resultado de las elecciones será el mismo de hace unas décadas; el triunfo de la derecha y sus elites.
Serán unas elecciones marcadas por la abstención de antaño, que de nuevo reflejará el hartazgo de las mayorías. Estas elecciones van a ser similares a las de hace cuatro años, tendremos que ir a segunda vuelta a definir quién entre la derecha es el menos peor y en este sentido la arremetida contra los gobiernos progresistas de la región se agudizará, al mismo tiempo que habrá un fortalecimiento de la derecha continental para impedir que resurjan estos proyectos en países como Brasil y Argentina.
¿Qué opinión le merecen el tema de las bases militares en la región y el peligro de su uso como punta de lanza contra Venezuela?
En el marco del fortalecimiento de la derecha continental, la ofensiva del Grupo de Lima (gobiernos de Argentina, Brasil, Canadá, Chile, Colombia, Costa Rica, Guatemala, Guyana, Honduras, México, Panamá, Paraguay, Perú y Santa Lucía) no solo acude a estrategias demagógicas, propaganda y bloqueos económicos sino que además tiene bajo su manga una estrategia militar aupada por el Pentágono.
Por lo que en este escenario, Colombia es una ficha clave con su arsenal militar instalado desde el gobierno de Álvaro Uribe con bases militares equipadas con tecnología y tropas estadounidenses.
Paradójicamente, después del acuerdo de paz con las entonces Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) esas bases siguen funcionando so pretexto de combatir el narcotráfico, y este fenómeno crece día a día.
Así que Colombia sigue siendo como una especie del gran hermano en la estrategia de ofensiva, por su ubicación en la esquina del continente y la “colaboración” de sus gobiernos con Estados Unidos.
¿Cuál es su percepción sobre el proceso de paz en Colombia?
La implementación del Acuerdo Final de Paz está paralizado y es muy poco lo que se ha avanzado más en esta época electoral que sirve de cortina de humo para tapar la incapacidad y falta de voluntad del Estado para realizar las reformas y programas que se requieren para que haya concordia.
Pareciera que lo que le interesaba al gobierno era desarmar las FARC y retrasar el paquete legislativo del acuerdo que es una base importante para que Colombia construya la paz, en este sentido y en lo que está pasando con su ejecución sí parece que el proceso estuviera naufragando y lo único que lo puede ayudar son las comunidades, las organizaciones y partidos que hemos luchado porque en Colombia se acabe el conflicto no solo con el silenciamiento de las armas sino con reformas sociales, inversión y justica, y en este contexto, creo que después de las elecciones comienza de nuevo la lucha porque se cumpla lo pactado y se prosiga con los diálogos del Ejército de Liberación Nacional (ELN).
¿Cuál es su mensaje a los pueblos de América Latina y el Caribe?
Yo he ido a varios países de la región con el mensaje de la paz, he cruzado fronteras en pro de que los pueblos puedan seguir soñando con un mejor mañana.
Además, siempre he demostrado tenacidad y compromiso con causas justas y humanitarias y en consecuencia mi mensaje también es de reconciliación y de la posibilidad de vernos no como enemigos sino como seres que buscamos el bien común.
¿Cómo imagina o sueña el mañana en esta parte del mundo?
Me imagino a América Latina como un gran torbellino de esperanza, alegría y paz, capaz de contagiar eso a otros continentes, una Latinoamérica unida y solidaria.
Más de 380 líderes sociales asesinados en Colombia tras firma de acuerdo de paz
Al menos 385 líderes sociales fueron asesinados en Colombia, la mayoría después de la firma del acuerdo de paz entre las antiguas (FARC- EP) y el gobierno de Juan Manuel Santos, según un informe del Instituto de Estudios para el Desarrollo y la Paz (Indepaz).
El dato circuló en medios digitales después del reciente reporte de la que la defensora de DD.HH. del Comité Permanente por la Defensa de los Derechos Humanos (CPDH), María Ruth Sanabria, sufrió un atentado al salir del municipio colombiano Fortul, en el departamento de Arauca.
Hombres armados dispararon a una de las llantas del vehículo y luego lo hicieron contra la mujer y sus escoltas, pero todos salieron ilesos.
Sanabria acompañó como defensora de los derechos humanos los procesos de restitución de tierras y la búsqueda de la justicia y la verdad en casos de crímenes de Estado como el genocidio por motivos políticos contra el partido político colombiano de izquierda Unión Patriótica (UP).
El acuerdo entre las exFuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia – Ejército del Pueblo ahora Fuerza Alternativa Revolucionaria del Común (FARC) y el gobierno se rubricó en La Habana, Cuba, en noviembre de 2016.
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