– ¿En qué situación se encuentra hoy el reclamo argentino por la soberanía de las islas Malvinas?
– El gobierno argentino ha suspendido todo reclamo por la soberanía de Malvinas. Tampoco protesta por la existencia de la base militar que el Reino Unido tiene en las islas y que cuenta con más de 1.500 soldados, con sofisticado armamento y un submarino nuclear.
– Usted, junto a legisladores, intelectuales y dirigentes políticos y sociales, ha denunciado que el gobierno argentino firmó un acuerdo con el Reino Unido en el que se plasman las pretensiones británicas.
– El martes 13 de septiembre de 2016, la Cancillería argentina firmó un acuerdo que prevé “remover todos los obstáculos para el crecimiento económico y el desarrollo sustentable de las islas en lo referido a hidrocarburos, pesca, comercio y navegación”. Esto quiere decir desmantelar todas las medidas legales, jurídicas y administrativas que ha tomado Argentina para proteger nuestros recursos naturales.
El gobierno se empeña en negar que esto sea un acuerdo pero, a la luz del derecho internacional, lo es. Además, ya está en principio de ejecución, porque están negociando en Londres retomar las actividades de la Comisión de Pesca, y el gobierno argentino está dispuesto a brindar al Reino Unido datos sobre nuestro recurso ictícola para favorecer la pesca que es clandestina.
Esa comisión dejó de funcionar porque los británicos otorgaban licencias de pesca por veinticinco años a buques españoles, asiáticos, etcétera, que depredaban nuestros recursos. En este reinicio de las negociaciones pesqueras, el gobierno argentino no le pide a los británicos el cese de estas licencias, que amenazan con depredar los recursos ictícolas de los argentinos.
– ¿También se está negociando aumentar los vuelos a las islas?
– También en ese caso se parte de la pretensión de los británicos de discriminar a las empresas aéreas argentinas. El Reino Unido y el gobierno argentino han concurrido juntos a terceros países a pedirle que ofrezcan vuelos hacia las islas.
Estos vuelos tendrían la función de facilitar el remplazo de las tripulaciones pesqueras y de quienes van a realizar las tareas de exploración de nuestro petróleo. Lo cual es muy negativo para nuestro país, ya que, como sabemos, este acuerdo no contempla ninguna contraparte para Argentina.
– Si el gobierno admitiera que lo firmado es un acuerdo, ¿tendría la obligación de hacerlo pasar por el Congreso para que lo aprueben?
– Así es, pero ellos saben que el Congreso no lo aprobaría, porque es perjudicial para Argentina.
Los británicos tendrán que tener presente que en 2019 habrá otro gobierno que va a denunciar este acuerdo.
– Recientemente, un grupo de familiares de excombatientes viajaron a las Malvinas para visitar las tumbas de soldados que recién fueron identificados. Usted ha denunciado que el gobierno quiere mostrar este hecho como un logro de esta nueva etapa de relación con el Reino Unido.
– El gobierno ha usado el tema de la identificación de los caídos, lo ha incluido en el nefasto acuerdo del martes 13 de septiembre de 2016 y lo pretende hacer pasar como una gracia que los británicos nos conceden, cuando en realidad es parte del derecho internacional humanitario.
El reclamo por el reconocimiento de todos los caídos es una iniciativa que tomaron los miembros del Centro de Ex Combatientes Islas Malvinas (CECIM) de La Plata hace muchos años. El 2 de abril de 2012, en un acto en Ushuaia, la presidenta Cristina Fernández de Kirchner anunció que iba a formalizar el pedido a la Cruz Roja Internacional para que cooperara con la identificación de los más de cien soldados que había aún sin identificar en las islas Malvinas. Ahí comenzó el trabajo en conjunto con el Equipo Argentino de Antropología Forense y para contrastar con las tomas de ADN de aquellas familias que lo deseaban.
Ahora culminó la primera parte del proceso, todavía faltan algunos por identificar. El gobierno pretende hacer pasar esto como una moneda de cambio fruto de un supuesto “diálogo”. El gobierno argentino no tiene diálogo fructífero con el Reino Unido, lo que tiene es dependencia.
– Usted ha señalado que esa dependencia es parte del proyecto político del macrismo.
– El 9 de julio de 2016, en el bicentenario de la Independencia, frente a la Casa de Tucumán el presidente Macri se dirigió al rey de España y llamándolo “querido rey”, y le dijo que quienes firmaron el Acta de la Independencia estaría “angustiados” de liberarse del imperio de esa época. En ese momento me pregunté si ese era un acto fallido del presidente, que suele ser bastante ignorante de nuestra historia y que, por lo tanto, desconoce que nuestros independentistas estaban felices y que hubo una gran fiesta popular por la firma de aquella declaración que se escribió en español, quechua y aimara. Supuse que ignoraba que San Martín estaba presionando para que se firmara esa declaración para poder cruzar los Andes y liberar a Chile, ya que era consciente de que el plan de liberación era continental. Todo esto que fue ignorado por el presidente con esa expresión con el tiempo quedó demostrado que era parte del plan neocolonial de Macri.
No estamos en un sistema neoliberal, porque no es ni nuevo ni liberal. Estamos ante un régimen neocolonial que entrega nuestro territorio y nuestros recursos naturales.
– ¿En ese marco inscribiría el hecho de que el secretario de Derechos Humanos, Claudio Avruj, aceptó que le sellaran el pasaporte al llegar a las Malvinas, como si entrara a otro país?
– Muchos funcionarios del gobierno anterior, por más que nos hubiera gustado mucho hacerlo, no viajamos a las islas Malvinas para que no nos sellen el pasaporte, justamente porque no aceptamos que se trate de otro país, sino que es parte de nuestro territorio.
Esta acción de Avruj es parte de la lógica con la que actúa este gobierno. Recordemos que luego hubo una publicación de Radio Nacional que decía que los que habían viajado a las islas Malvinas “habían vuelto al país”. Es frecuente que el gobierno publique mapas sin las islas Malvinas y sin la Antártida. Recientemente, el canciller Jorge Faurie afirmó que la Antártida “es patrimonio de la humanidad”. No sólo están dejando de lado el reclamo de soberanía por las islas Malvinas, también están abandonado el reclamo por la Antártida que, como ya se sabe, es un territorio que contiene enormes recursos naturales. Para recordar a los caídos el 2 de abril, lo mejor que podemos hacer, lo más coherente, es reivindicar la soberanía en Malvinas y seguir luchando de manera inclaudicable por encontrar una solución pacífica y diplomática. Estoy segura de que llegará el día que Argentina ejerza la soberanía sobre las islas Malvinas. Desde ese día los habitantes de las islas también tendrán una vida mejor.
(*) Periodista y docente de la Facultad de Periodismo y Comunicación Social de la Universidad Nacional de La Plata, Argentina (UNLP)
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