miércoles, 26 de junio de 2013

Islas Malvinas, justo reclamo argentino por vía diplomática

Por Amalia Beatriz Molinari (Miembro de Carta Abierta y de AUNA)

RESUMEN:

El presente trabajo de reflexión persigue la intención de manifestar los sentimientos de consternación de los ciudadanos argentinos ante la negativa británica de acatar las resoluciones de Naciones Unidas que reiteradamente han dispuesto que Argentina y Gran Bretaña deben dialogar para encontrar una solución consensuada del diferendo que mantienen sobre las Islas Malvinas.




Será motivo de disquisición cómo estos ciudadanos entienden la cuestión cultural y de allí su enlace con el caso presente de reclamo al Reino Unido por la usurpación de las Islas del Atlántico Sur.
Finalmente se visualizarán las estrategias de asociación con gobiernos regionales para el reclamo conjunto que implementan ciudadanos y gobierno argentinos .

PALABRAS CLAVES:
SOBERANÍA- NEGOCIACIÓN - DIPLOMÁTICA - SOLUCIÓN PACÍFICA

CARTA A LA EMBAJADA BRITANICA

Argentina, enero de 2013
Sr. Embajador de Gran Bretaña en Argentina
De nuestra consideración:
Los abajo firmantes, personas y organizaciones residentes en Argentina, nos dirigimos a Ud. en ocasión de cumplirse el 3 de enero de 2013 el 180º aniversario de la ocupación británica de los archipiélagos argentinos de Malvinas, Georgias del Sur y Sandwich del Sur, un hecho colonial que se prolonga en el tiempo pese a las resoluciones de las Naciones Unidas que reclaman poner fin al colonialismo y demandan específicamente al Reino Unido iniciar negociaciones diplomáticas con la República Argentina para resolver pacíficamente el diferendo de soberanía.
Nos preocupa hondamente la negativa del gobierno británico a cumplir las resoluciones de la ONU y especialmente que se siga avanzando en la militarización del Atlántico Sur, donde desde 1985 se ha establecido – en Mount Pleasant, isla Soledad, una gran base militar de la OTAN que consta de un enorme aeropuerto y un puerto de aguas profundas, Mare Harbour- donde atracan submarinos atómicos. Todo ello, junto al entrenamiento de soldados británicos y de otras nacionalidades que participan en la guerra de Afganistán, así como la realización, por parte del Reino Unido, de maniobras misilísticas desde Malvinas, contrarían abiertamente la resolución de las Naciones Unidas que en 1986 instó a preservar el Atlántico Sur como una zona de paz y cooperación.
Solicitamos al Sr. Embajador transmita a su gobierno nuestra petición de iniciar prontamente negociaciones con Argentina para resolver pacíficamente la controversia de soberanía, y mientras tanto cesar todo avance en la militarización del Atlántico Sur.
Nos pronunciamos por el desmantelamiento de la fortaleza militar de Mount Pleasant y el retiro de todas las bases militares extranjeras de nuestro continente.
Atentamente. (1)


Así se manifiestan los ciudadanos argentinos que hoy en el siglo XXI, no pueden comprender cómo persisten en el mundo las actitudes colonialistas.

Estos ciudadanos no se diferencian de los ciudadanos brasileros, de los ciudadanos bolivianos, de los ciudadanos venezolanos, de los ciudadanos ecuatorianos que junto con la inmensa mayoría de los ciudadanos de la UNASUR han manifestado su rechazo a las actitudes coloniales que resurgen del pasado más oscuro de la humanidad de occidente.


Cabe preguntarse ¿es esta actitud colonial de algún modo la antítesis a la manifestación de la cultura entendida como cultura del siglo que transitamos? Sería bueno recordar que entienden algunos autores por lo cultural. Pensemos en la siguiente reflexión:


En un libro anterior acuñamos el verbo “culturar” (Olmos y Santillán: 2000) y comentábamos que desde que el humano es humano, animal simbólico diría Ernst Cassirer (1975), es imposible no “culturar”. Porque “somos del linaje de la cultura” (Maturana: 1992), la cultura es la continuación de la biológico por otros medios y todo lo perpetrado entre el nacer y el morir adquiere sentido dentro de una determinada cultura o “forma integral de vida” 1 de la cual, paradójicamente, somos víctimas y beneficiarios.

Esto quiere decir, además, que a esta altura de la "evolución" no operamos en forma directa sobre la realidad sino a través de modelos ("mapas mentales", herramientas simbólicas varias, mitos, relatos fundacionales, paradigmas, ideologías, esquemas, etc.) que orientan nuestras formas de percibir y procesar lo “real”, influyen en nuestras conductas y fundamentan pero también señalan las "buenas formas" de sentir, querer, pensar, hacer, actuar, imaginar y estar siendo en el “mundo” inmediato, el de todos los días. Argumentos, guiones de vida que "nos dicen" desde cómo cazar, guerrear, cuidar la salud, seducir al otro, llorar o no, saludar, repeler…(2)
Aquí cabe preguntarse, los mapas mentales de los sucesivos gobiernos ingleses ¿han respetado esas buenas formas del sentir, del querer, del pensar, del hacer, del actuar? O en contrario esos mapas son enjutas caricaturas de las formas interpersonales, e intergubernamentales de relacionarse?
Ciertamente culturar es una amplia gama de acciones, y estados mentales, acciones individuales y acciones comunitarias, estados mentales individuales y estados mentales grupales.
Desde allí cabe preguntarse, ¿cuales son la gama de estados mentales individuales y grupales mueven a los ciudadanos argentinos en su reclamo? Son la búsqueda de la integralidad de su territorio, que fue fragmentado por el usurpador inglés. Son la mirada sobre el viejo estado de cosas en el colonialismo global que significó muerte a las poblaciones originarias, que significó esclavismo, que significó robo de recursos naturales.
Y entonces surge la necesidad de la acción, y la acción busca individual y grupalmente establecer un equilibrio entre el hombre y su territorio, entre el hombre y la naturaleza en su territorio.
Pero esa búsqueda de equilibrio se lleva a cabo no a cualquier precio, si no, atendiendo a las necesidades de soberanía pero también a las necesidades de justicia.
En tiempos modernos la justicia se puede accionar de modo global, y es por ello que la Organización de las Naciones Unidas se han manifestado en reiteradas oportunidades sobre la necesidad de justicia para la situación de usurpación de parte del territorio argentino en manos colonialistas inglesas.
Sin embargo otra es la “cultura” manifestada por el gobierno inglés a través de los tiempos, entonces vemos que esta “cultura” no respeta la justicia global, a la que no acata. Tampoco respeta la integralidad del territorio argentino y retiene las islas ubicadas a 14.000 km de suelo inglés.
Parte de la “cultura inglesa” ha sido militarizar el territorio de las Islas Malvinas, es decir se trata de una cultura de despojo y violencia reiterados.
Ante una situación tan grave, los ciudadanos argentinos no escatiman estrategias de reclamo de sus derechos. Es por eso que se han hecho innumerables solicitudes de cooperación a los países del MERCOSUR, de la UNASUR, de la CELAC. Todas esas solicitudes de apoyo a nuestros países hermanos de América Latina han tenido una respuesta contundente de solidaridad por parte de todos los miembros de estas organizaciones supranacionales.
Y ha surgido unánimemente entre todas esas voces un reclamo de diálogo entre la Argentina y Gran Bretaña. Siendo esta última la que se rehúsa a sentarse a dialogar sobre el futuro de las islas.
Esta es la hora no solo del reclamo diplomático que lleva a cabo el gobierno argentino ante Inglaterra, sino que es el momento en que cobra mayor dimensión el accionar de los movimientos sociales, fieles ejecutantes de la cultura entendida como la continuación de la biológico por otros medios y todo lo perpetrado entre el nacer y el morir que adquiere sentido dentro de una determinada forma integral de vida…
Y este reclamo pacífico que hacen los ciudadanos argentinos junto a los demás ciudadanos latinoamericanos no impide tener memoria, la memoria se puso de manifiesto en el FORO LATINOAMERICANO POR LA SOBERANÍA ARGENTINA EN MALVINAS, GEORGIAS DEL SUR Y SANDWICH DEL SUR (A 180 años de la ocupación colonial británica de nuestros archipiélagos del Atlántico Sur.)
Los argentinos tenemos memoria y por eso siempre recordaremos aquel 3 de enero de 1833 en que la Corona Británica concretó la usurpación de una parte de nuestro territorio nacional venciendo por la fuerza la resistencia de sus habitantes. Como no olvidaremos nunca que fue el gobierno norteamericano quien despejó el camino para la ocupación cuando, el 31 de diciembre de 1831, la corbeta de guerra estadounidense “Lexington”, enarbolando bandera francesa, llega a Puerto Soledad y procede al arrasamiento militar de todo lo existente y proclama a la isla “libre de todo gobierno”.
No fue un error. Tanto Gran Bretaña como Estados Unidos, sabían muy bien que el gobierno patrio establecido en Buenos Aires, a partir de la declaración de la independencia proclamada por la Revolución de Mayo de 1810, venía ejerciendo su soberanía en Malvinas y, en particular el 10 de junio de 1829, había nombrado a Luis Vernet como Comandante político y militar de las Islas para poner coto a las actividades productivas que norteamericanos e ingleses desarrollaban ilegalmente en la zona depredando los bienes naturales de nuestro territorio insular.
Apenas un año después del acto vandálico protagonizado por la corbeta ¨Lexington”, el capitán inglés Onslow ataca Puerto Soledad el 3 de enero de 1833 desaloja violentamente a la guarnición argentina y toma posesión de las islas en nombre de “Su Majestad Británica”.
Desde entonces y hasta el presente, la República Argentina ha reivindicado permanentemente su reclamo tanto a nivel bilateral, formulando las protestas correspondientes cuando ha tenido conocimiento de actos británicos que contradicen su soberanía sobre las Islas Malvinas, Georgias del Sur, Sandwich del Sur y los espacios marítimos circundantes, así como en distintos foros multilaterales, entre ellos la Organización de las Naciones Unidas (ONU), impulsando la adopción de resoluciones que favorezcan una solución por vía diplomática de la controversia. (3)
Con la memoria presente pero sin renegar del camino racional que involucra la negociación pacífica, los argentinos seguiremos reclamando diálogo para la solución consensuada de la superación del atropello colonialista y anacrónico inglés. Con paciencia pero con firmeza. Los gobiernos que se han sucedido desde el 2003 a la fecha hacen gala de esta paciencia pero también de esta firmeza.


BIBLIOGRAFÍA CONSULTADA:
(1) Carta a la Embajada Británica suscripta por Centro de Ex Combatientes Islas Malvinas (CECIM) La Plata, y por el Movimiento por la Paz, la Soberanía y la Solidaridad entre los Pueblos (MOPASSOL) y cientos de ciudadanos argentinos. Carta que fue entregada en la sede de la Embajada de Gran Bretaña en Buenos Aires el jueves 3 de enero de 2013.
(2) Cultura, Gestión Cultural y Creatividad. Ricardo Santillán Güemes. Artículo publicado en AA.VV.2007 “ La administración, la cultura y la informática en gestión estatal” Bs. As., UPCN en la Educación.
(3) Declaración de l Foro Latinoamericano por Malvinas (El 24 de octubre de 2012) tuvo lugar en Buenos Aires –en la casa de la Patria Grande- una concurrida reunión en la que participaron las fuerzas políticas integrantes del espacio Unidos y Organizados, así como dirigentes de la Central de Trabajadores Argentinos, de la CTERA, del Centro de Ex Combatientes Islas Malvinas (CECIM) de La Plata, del Movimiento por la paz, la Soberanía y la Solidaridad entre los Pueblos (Mopassol), referentes de Carta Abierta, funcionarios de la Cancillería Argentina y del Ministerio de Educación de la Nación, entre otras personas y organizaciones.

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