lunes, 17 de marzo de 2025
Por: Atilio Borón
En la segunda parte de la brillante conferencia que Álvaro García Linera pronunciara este lunes en el Centro Cultural de la Cooperación aportó muy interesantes reflexiones acerca de la crisis que hoy enfrentan las fuerzas progresistas y de izquierda de la región. Habló de la necesidad de “superar los horizontes históricos” heredados de las viejas irrupciones plebeyas y advirtió que los cambios producidos por esas experiencias modificaron profunda y positivamente nuestras sociedades, pero su mismo éxito nos obliga a renovar nuestra agenda y nuestras formas y tácticas de lucha, enfrentándonos sin remilgos a los agentes del viejo orden. La tibieza y el centrismo son seguras rutas hacia el fracaso. Los casos del MÁS boliviano y del peronismo argentino fueron objeto de especial atención: en ambos las propuestas de regresar al poder para volver a hacer lo de antes están condenadas al fracaso. Se requiere diseñar un “nuevo horizonte de cambios” que capte la nueva realidad del universo popular, su sensibilidad y sus aspiraciones actuales. Y, además, insistió que será la militancia la que, desde abajo, conviviendo día a día con el pueblo, sus sufrimientos y sus sueños, ofrecerá a sus líderes los elementos para la gestación de una nueva propuesta transformadora y no al revés. Esta no podrá ser la creación intelectual de un líder o una líderesa sino el resultado de un nuevo ciclo de movilización del campo popular. Esto es lo que me parece se desprende de sus palabras y lo que creo debemos discutir sin más demora en tiempos tan aciagos como los actuales.
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