lunes, 2 de julio de 2018

Una medalla de esperanza - (Los 5 cubanos)

Texto: Laura V. Mor / Resumen Latinoamericano Corresponsalía Cuba.
Fotos: Colaboración Especial Patricia Moncada / Cubainformación.

Era el año 2009 y los Cinco continuaban presos en cárceles estadounidenses tras 11 años de ser apresados en Estados Unidos, acusados injustamente de conspiración para cometer espionaje. Sus familias y el pueblo cubano luchaban por su libertad junto a miles alrededor del mundo.

Año a año se realizaba en la ciudad oriental de Holguín el Coloquio Internacional por la Libertad de los 5, donde asistían cientos de solidarios de distintas partes del mundo hermanados tras una causa justa: luchar por su libertad.


En el Coloquio de ese 2009 la activista estadounidense Cindy Sheehan entregó su tesoro más preciado a las madres de los Cinco: la medalla que le regalara Casey, su hijo fallecido en una guerra absurda como la de Irak, prometiendo a Mirtha Rodríguez (madre de Antonio)  Magali Llort (madre de Fernando)  e Irma Sehwerert (madre de René) regresar a Cuba.
Ese día, de madre a madre se prometieron guardar ese recuerdo hasta que “sus hijos” –como con enorme cariño los denominó Mirtha Rodríguez, madre de Antonio Guerrero- estuviesen de regreso en su Patria y esas estoicas madres pudieran reencontrarse con sus hijos.
Ese día llegó el histórico 17 de diciembre de 2014 donde arribaron a Cuba tras 18 meses de intensas negociaciones, Gerardo, Antonio y Ramón, ante la espera de René y Fernando que ya se encontraban aquí -luego de haber cumplido íntegramente sus condenas-, ante el alborozo de 11 millones de cubanos y miles de hombres y mujeres del mundo que abrazaron esta lucha como propia.
“La demostración de nuestros hijos de su fortaleza y su amor a la Patria hizo que llegara ese momento”, afirmó emocionada Mirtha, asegurando que “se dicen fácil 16 años pero fue una lucha durísima” y agradeciendo a todos los que como Cindy, las acompañaron y fueron parte indispensable de este largo camino hacia la liberación.

“¿Qué puedo hacer?” se preguntó Cindy cuando visitó por primera vez Cuba y conoció en profundidad las manipulaciones judiciales y mediáticas cometidas contra los hoy Héroes de Cuba y la invisibilización al interior de la sociedad estadounidense. “Exponer que estos cinco cubanos están presos sin razón en Estados Unidos” fue la respuesta a su propia pregunta y que dio el inicio de su inclaudicable compromiso.
“Les entregué esta cadena sin ninguna esperanza de que el gobierno de Estados Unidos hiciera algo, pero tenía fe en los cubanos”,fueron las palabras de Cindy al rememorar aquel día en que las madres se hicieron una.
Hoy, con los Cinco libres y reinsertados en la sociedad cubana, Cindy regresó a Cuba, pudo abrazarlos y recuperar la medalla de su hijo.

Los niños y adolescentes del Proyecto socio-comunitario Soñarte del Cotorro, impulsado por Irma Sehwerert, madre de René, brindaron diversas performances artísticas para homenajear y celebrar junto a todos los presentes, entre los que se encontraban los Cinco Héroes antiterroristas.

“Todo lo que pudimos haber hecho valió la pena”, afirmó al tener entre sus manos nuevamente aquella medalla tan querida, que simbolizara fortaleza de saberse luchando por una causa justa, pero también la esperanza que nos permite andar.

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