DECLARACIÓN
FINAL
XVI ENCUENTRO
NACIONAL DE SOLIDARIDAD CON CUBA
Rosario,
Argentina, 17 de junio de 2018
Los logros de
Cuba, la heroica
Faltando muy poco para que
el triunfo de su Revolución cumpla 60 años, los avances de Cuba son por todo el
mundo reconocidos. En esta isla, de utopías cumplidas y continuamente
renovadas, aun en medio de gravísimas agresiones que incluyen un fallido
intento de invasión y cientos de atentados criminales, en medio del implacable
bloqueo económico y financiero y el continuo asedio de los EEUU, e,
incluso, con la injusta prisión sufrida durante dieciséis años por los cinco
Héroes Cubanos, luchadores antiterroristas que intentaban prevenir acciones
violentas impulsadas desde territorio yanqui contra la isla, y a los que, sin tener
pruebas en su contra, el gobierno de Washington acusó de conspiración, el
pueblo de Cuba alcanzó uno de los primeros lugares en la lucha contra la
desigualdad y los privilegios. En ese país, ningún ciudadano o ciudadana es
ajeno a la seguridad social; los niños, los ancianos, los enfermos y las
personas con necesidades especiales están protegidos, y no hay en la isla quien
se encuentre en situación de calle. El gobierno revolucionario realizó una
profunda reforma agraria y dio fuertes apoyos económicos y técnicos a los
agricultores y trabajadores del campo. Redujo la criminalidad en
delitos del orden común y dio un alto grado de seguridad interna a sus
habitantes, algo reconocido por muchos países; no hay, además, femicidios en
Cuba. La liberación, el respeto y la promoción de la mujer, lejos de quedar
postergados, corrieron en paralelo al proceso revolucionario que, desde sus
inicios, incluyó a mujeres en primera línea de lucha.
Cuba alcanzó los más altos
índices de alfabetización y escolaridad, y prominentes niveles en la educación
universitaria, así como también en la preparación de técnicos, ingenieros,
médicos y otros profesionales. Impulsó las artes y las ciencias y realizó
numerosos descubrimientos científicos reconocidos a nivel internacional, sobre
todo en el terreno de la Biología y la Medicina. Música, ballet, teatro, cine y
otras bellas artes, así como innumerables deportes, merecieron un fuerte
impulso del Estado.
Los pueblos del planeta
admiran los logros de Cuba, y en su mayoría reconocen su solidaridad, puesto
que, fiel al enunciado de José Martí: “Patria es humanidad”, Cuba comparte
generosamente con otros pueblos sus mejores realizaciones. Cientos de miles de
personas recuperaron la visión gracias a las cirugías gratuitas de “Operación Milagro”.
En Iberoamérica, ocho millones de analfabetos dejaron de serlo mediante el
método “Yo sí puedo”. Más de 50 mil médicos cubanos ejercen su labor
humanitaria en 62 países. De la Escuela Latinoamericana de Medicina (ELAM), egresan miles de estudiantes
de Nuestra América y del llamado Tercer Mundo, luego de haber cursado Medicina
y otras carreras. Y si el triunfo de
la Revolución Cubana tuvo y tiene un grandioso y profundo impacto político en
nuestra región –y también en el mundo–, es indiscutible el vigor y la cohesión
que insufló la Casa de las Américas en la creación artística y el despliegue
intelectual de nuestros países. Esta Casa-faro, que no escatimó su luz en
períodos de relativa calma en nuestra región, la prodigó en los años de plomo y
oscuridad absoluta, cuando las dictaduras de los 70 parecían perpetuarse en
buena parte de nuestros países, y entonces los trabajadores de la cultura
aprendían los duros oficios del exilio. No pocas veces la Casa fue refugio de
escritores censurados e, incluso, perseguidos.
Los EEUU.
Bloqueo y agresiones.
La comunidad internacional
ha consagrado hace décadas el derecho a
la libre determinación de los pueblos y,
como no podía ser de otra manera, se lo reconoce a la nación cubana
que, por su parte, siempre ha estado dispuesta a mantener lazos francos y
pacíficos con los EEUU, basados en el mutuo respeto a la igualdad soberana y la
no injerencia en la política interna de cada país. En 2017, durante la Asamblea
General de la ONU, por vigesimosexto año consecutivo 191 países condenaron
el cruel bloqueo impuesto contra Cuba,
mientras EEUU e Israel quedaban en absurda minoría. Ya el ex presidente de los
EEUU, Barak Obama, había manifestado la voluntad de su gobierno en cuanto
a poner fin a las sanciones aplicadas a Cuba, por considerarlas una medida
obsoleta e inútil que afectaba a ambos países.
Así, al cabo de 54 años de
la ruptura unilateral de relaciones por parte de Washington en 1961, se
restablecieron en 2015 las relaciones diplomáticas. Pero a partir del arribo de
Donald Trump las relaciones entre Cuba y EEUU se han deteriorado a causa del
retorno de una política basada en la hostilidad. En forma intempestiva el gobierno de Washington redujo al
mínimo la nómina de su personal diplomático en La Habana, alegando “razones de
seguridad” con el pretexto de “ataques sónicos” que habrían afectado a
funcionarios de su Embajada.
La Casa Blanca levantó
barreras para viajar a Cuba y recibir viajeros de la isla, quienes ahora deben
trasladarse a Bogotá, Colombia, para obtener visas, con un alto costo
burocrático y de desplazamiento. El muro que separa a EEUU de México
tiene su réplica virtual en estas maniobras. En su retorno a una política
basada en la hostilidad hacia Cuba, la administración Trump sostiene el criminal
bloqueo y también lo extiende al pueblo y la Revolución Bolivariana.
Nuestra
América en la hora actual
Con los más
altos índices de la concentración de la riqueza, América Latina es la región
más injusta del mundo. Por otra parte, bajo la famosa doctrina Monroe: “América
para los americanos” –entendidos estos últimos como los que habitaban en el
norte y no al sur del Río Bravo–, los EEUU conspiraron para ahogar todo
brote emancipatorio que se propusiera completar la gesta iniciada en el siglo
XIX por los héroes y heroínas que lucharon por el ideal de libertad
e independencia de la Patria Grande, tal como lo soñaron
Martí, Bolívar, San Martín y tantos otros. Con Cuba no pudieron. El 1º de enero
de 1959, el triunfo de una Revolución que se declaró antimperialista, y
luego, en 1961, socialista, obró como un golpe a la mandíbula del
Imperio: Cuba daba al resto de la región razones para considerar la utopía como
meta posible; el influjo de ese ejemplo resultaba peligroso para los intereses
del Imperio. Como la movida de los años 60 y 70 venía fuerte –recordemos el lema: “Liberación o
dependencia”–, desde Washington se diseñó un plan de sangrientas
dictaduras a lo largo y ancho de Nuestra América.
Mediante las
dictaduras y el Plan Cóndor el imperialismo instaló el neoliberalismo y nuestra
región se convirtió en el laboratorio experimental para tratamientos de shock. Contra
los ajustes neoliberales pronto se dejarían oír las protestas más
pujantes. Recordemos la crisis argentina del 2001 y la represalia
sufrida por manifestantes en las calles. Antes, en 1989, había
estallado el Caracazo venezolano, el levantamiento anti-FMI más vigoroso y
organizado. Allí surgía un líder político inolvidable, Hugo Chávez Frías. Su
elección como presidente en 1998 punteó en esta región un desplazamiento a la
izquierda, y su gobierno, un fuerte rechazo al neoliberalismo y la promesa de
un cambio radical, con la inclusión de vastas mayorías desde siempre
postergadas. Así continuó en América Latina una ola de gobiernos progresistas que
tuvo un momento cumbre en el rotundo el rechazo al ALCA frente al presidente
Bush (Mar del Plata, 2005), protagonizado por los presidentes Kirchner, Chávez
y Lula; entonces, el rechazo al imperialismo fue un estandarte común y
unificador.
El proceso de
unidad e integración de nuestros países (ALBA, Unasur, Celac, Mercosur) sufre
los embates del imperialismo con una
persistente táctica de ataque y desestabilización contra gobiernos que
abordaron políticas de mayor inclusión y justicia social. Sin apelar a
dictaduras militares, se implementan en nuestra región nuevas modalidades de
golpes de Estado, iniciados en 2009 con el de Honduras: golpes parlamentarios,
judiciales y mediáticos, o bien la traición a los partidos políticos de
pertenencia y/ o sus programas electorales. Reurgieron así políticas
neoliberales, en las que el debilitamiento institucional, el desmantelamiento
de políticas sociales, laborales y de derechos humanos
y una mayor violencia de las fuerzas represivas tornan muy frágil el
límite con un Estado de excepción.
La Revolución
Bolivariana enfrenta la guerra no convencional que le imponen sus enemigos
externos y sectores golpistas internos. Los resultados del reciente proceso
electoral ratifica la legitimidad y el carácter democrático del gobierno
encabezado por el presidente constitucional Nicolás Maduro Moros y la unión
cívico-militar.
En Nicaragua
los planes desestabilizadores del imperialismo se repiten con la violencia
terrorista, por parte de los grupos de ultraderecha, que en connivencia con
otros sectores de poder desconocen la abrumadora mayoría popular y electoral
que supo construir el Frente Sandinista de Liberación Nacional.
En Colombia,
el presidente Santos avanza en la incorporación de este país a la OTAN. Este
grave y peligroso hecho significa una nueva entrega de soberanía nacional al
permitir la presencia de esta alianza guerrerista que promueve todos las
acciones bélicas en el planeta. Esta decisión viola la declaración de América
Latina y el Caribe como ZONA DE PAZ.
Bajo la
supremacía de un mismo plan regional de dependencia, el caso de la Argentina
presenta un matiz diferente: por primera vez la derecha accedió al gobierno
mediante el sufragio; lo consiguió bajo el ala protectora de los poderes
fácticos y un formidable aparato mediático que hasta hoy mantiene al presidente
Mauricio Macri bajo una envoltura galvanizada. Su gestión se inscribe en un proceso de recolonización que lideran capitalistas nacionales y sus CEOS, ligados
al capital transnacional. El desprecio y hasta el odio al pobre que
trasuntan los mensajes de sus funcionarios ofende la dignidad y la capacidad de
reflexión de los ciudadanos. La información telegráfica que da el presidente
Macri contiene datos falsos de toda falsedad (“…ha disminuido la pobreza”,
“…creció el empleo”, “…lo peor ya pasó”, etc., etc.). Entre tanto,
el más cruel “ajuste” recae sobre el pueblo: tope a acuerdos paritarios,
explotación de la fuerza de trabajo mal pagada, despidos en masa, tarifas de
descomunales en los servicios públicos, desmantelamiento de estructuras
estatales educativas, científicas y de protección social, sumado a la entrega
de la economía al FMI y a la banca JP Morgan.
Además de una
base de la OTAN en nuestras Islas Malvinas, ya hay presencia de marines y la
DEA en Misiones, pretenden instalar bases militar yanqui en Misiones y Neuquén,
lo que implica el control del Acuífero Guaraní y la Triple Frontera y los
recursos naturales de la Patagonia argentina, donde también se agrede el
legítimo derecho de los pueblos originarios a sus territorios
históricos. Además, con el fingido objeto de instalar una base
“científica” en Tierra del Fuego, los EEUU se posicionan cerca de las Islas
Malvinas, la Antártida y el paso natural entre dos océanos: el Atlántico
y el Pacífico.
Los nuevos
desafíos de la solidaridad.
¿Qué hacer
ante los nuevos desafío? Una vez más, la palabra de Fidel marca el camino.
Dijo: Ser internacionalista es pagar nuestra propia deuda con la
humanidad. Y, en su misma concepción, si el deber de las naciones
oprimidas y explotadas es luchar por su liberación, es deber de cada pueblo ser
solidario… con todos los pueblos oprimidos, colonizados, explotados o
agredidos, sea cual fuere el lugar del mundo en que éstos se encuentren y la
distancia geográfica que los separe. El Che aporta lo suyo al
decir: "...si usted es capaz de temblar de indignación cada vez que se
comete una injusticia en el mundo, somos compañeros, que es lo más
importante." Es decir, que entre los inconmensurables
ejemplos que la Revolución Cubana ofrece a los pueblos de América Latina y el
Caribe, se destacan dos que han sido y son determinantes en las luchas de
nuestros pueblos: la unidad y el internacionalismo consecuente.
El desafío de
la hora actual es grande. El
capitalismo, bajo su faz neoliberal, se enfrenta a un mundo multipolar, y por
eso concentra sus miradas en lo que cree es su “patio trasero”: América Latina.
Pretende recolonizarla, borrar de un plumazo su historia e instalar
nuevas formas de esclavitud y despojo. Está claro que, en Nuestra América, los EEUU promueven las tácticas y fórmulas de la
Restauración Conservadora, administradas por las oligarquías locales, los
medios de comunicación concentrados y los servicios de inteligencia, según
prescriben las respectivas embajadas yanquis. De este modo asedian la
continuidad de procesos progresistas y en vías al socialismo. No toleran el
avance de la integración latinoamericana y la inclusión de las grandes masas
postergadas en nuestros países.
Por todo lo
expuesto, los miembros del MASCUBA, reunidos en la ciudad de Rosario los días
15, 16 y 17 de junio, con la presencia de 142 delegados de 12 provincias de la
República Argentina y con la participación de delegados internacionales
provenientes de Venezuela, Bolivia, Brasil y Cuba; decimos que:
· Rechazamos de plano las medidas retrógradas
de la administración Trump en contra del buen entendimiento y relación entre
Cuba y su país. Reclamamos, una vez más pero con creciente fervor, el
levantamiento del bloqueo genocida que hace más de medio siglo viene padeciendo
el pueblo cubano. Exigimos respeto a la dignidad de su Revolución y el derecho
de su pueblo a la autodeterminación.
· Reclamamos el
retiro de la base militar de Estados Unidos de Guantánamo y la devolución de
ese territorio a Cuba. Asimismo exigimos el retiro de las bases imperialistas
instaladas en nuestros países y en toda la región.
· Felicitamos al pueblo y
gobierno revolucionario de Cuba por el ejemplo democrático, participativo y de
poder popular que quedó plasmado en las últimas elecciones que decidió el
relevo generacional en la Asamblea Nacional del Poder Popular, los Consejos de
Estado y de Ministros, y su nuevo presidente el Compañero Miguel Díaz Canel
Bermudez.
· Apoyamos a la República
Bolivariana de Venezuela y sus logros revolucionarios. Reclamamos respeto a
su pueblo y a su voluntad para decidir su forma de gobierno y para estructurar
libremente su sociedad, sin injerencias externas. Reconocemos los estoicos esfuerzos que
viene realizando el gobierno de Nicolás Maduro frente a la batalla económica y
mediática que libran contra su país.
· Exigimos el levantamiento de las medidas de bloqueo
contra la República Bolivariana de Venezuela.
· Rechazamos las medidas coercitivas unilaterales
impuestas por los Estados Unidos, Canadá y la Unión Europea y la injerencia
externa contra la Revolución Bolivariana y Chavista de Venezuela que amenazan
la paz y el diálogo entre venezolanos con propósitos desestabilizadores que
generan penurias económicas a su población.
· Reclamamos terminar con las ocupaciones territoriales y enclaves
coloniales en las Islas Malvinas, Puerto Rico.
· Repudiamos el genocidio que el Estado Sionista de Israel comete contra
el pueblo palestino. Asimismo apoyamos el legítimo reclamo de Palestina por la
devolución de su territorio ilegalmente ocupado por Istael.
· Apoyamos la lucha de la República Árabe Saharaui Democrática y el
legítimo derecho del pueblo Saharaui a
la autodeterminación y soberanía.
· Exigimos concluir con la criminalización de la protesta y la persecución, prisión política y atentado a
la vida de militantes opositores y luchadores populares, como los sufridos la
hondureña Berta Cáceres y la brasileña Marielle Franco, y de los
argentinos Santiago Maldonado y Rafael Nahuel, cuyas muertes claman por justicia
· Nos sumamos al reclamo del
pueblo brasileño y toda Nuestra América por la libertad del ex presidente Lula
Da Silva.
· Saludamos a Prensa Latina
en el 59 aniversario de su creación
· Rendimos sentido homenaje
al patriota argentino y latinoamericano, General Martín Miguel de Güemes al
cumplirse el 197 aniversario de su muerte en Cañada de la Horqueta, provincia
de Salta, Argentina.
· Libertad a la argentina
Milagro Sala, sus compañeros de la organización Túpac Amaru y otros detenidos
políticos, en la Argentina y en todos los países de nuestra región.
· Condenamos la represión a
las protestas sociales y a las personas más vulnerables.
· Saludamos la lucha de las
mujeres argentinas que protagonizaron una movilización histórica al Congreso de
la Nación para apoyar la ley de legalización del aborto.
· Repudiamos las acciones
criminales y terroristas en Nicaragua que ocasionaron las muertes de personas y
militantes que enfrentan las acciones desestabilizadoras del imperio.
· Reivindicamos la unidad latinoamericana y
bregamos por la integración económica, política y social de sus naciones. Nuestra América es y quiere
seguir siendo zona de paz, merecedora de construir en libertad su historia
soberana.
· El MASCUBA declara su
carácter anti imperialista y por la paz mundial.
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