Lunes, 7 de septiembre de 2015
Francisco exhortó a colombianos y venezolanos a conciliar posiciones sobre el conflicto fronterizo que mantienen. El Pontífice recordó que, en estos días, los obispos de Venezuela y Colombia se han reunido para examinar juntos la dolorosa situación que se ha creado en la frontera entre ambos países. El secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), Luis Almagro (foto), llamó a ambos gobiernos a que procuren la definitiva reunificación de las familias que quedaron escindidas tras la deportación de casi 1400 colombianos y el regreso voluntario de otros más de 10 mil.
El presidente venezolano, Nicolás Maduro, agradeció el gesto del Papa y llamó a su colega colombiano, Juan Manuel Santos, a conversar “dónde, cuándo y como quiera”, y solucionar el conflicto cara a cara.
Francisco y el secretario general de la OEA manifestaron su preocupación por la crisis de la relación entre Colombia y Venezuela, mientras el gobierno de este último país afirmó que está investigando a quién se le ocurrió marcar las viviendas de colombianos en la zona fronteriza que luego fueron derribadas por tropas militares.
“En estos días, los obispos de Venezuela y Colombia se han reunido para examinar juntos la dolorosa situación que se ha creado en la frontera entre ambos países; veo en este encuentro un claro signo de esperanza”, dijo Francisco en español, durante el Angelus dominical. “Invito a todos, en particular a los amados pueblos venezolano y colombiano, a rezar para que, con un espíritu de solidaridad y fraternidad, se puedan superar las actuales dificultades”, agregó el Pontífice.
Almagro, por su parte, subrayó que el de la reunificación de las familias desmembradas es un asunto esencial e importantísimo, y debe ser un imperativo moral de los gobernantes de los dos países. Tras visitar albergues montados en las ciudades colombianas fronterizas Cúcuta y Villa del Rosario, Almagro sostuvo –en conferencia de prensa junto a la canciller colombiana, María Angela Holguín– que allí se vive una situación humanitaria penosa.
El titular de la OEA hizo una apelación especial al presidente de Venezuela: “Yo tengo un amigo venezolano, no sé si él me sigue queriendo de la misma manera como yo sí lo sigo queriendo de la misma forma que siempre; se llama Nicolás Maduro”, dijo. “Conozco a Nicolás en toda su dimensión humana y humanitaria, lo que piensa desde el punto de vista social, familiar, lo que quiere hacer por el bien de la gente”, continuó.
“Sería muy importante un mensaje del gobierno venezolano para tranquilizar a los millones de colombianos que viven en Venezuela, que transmita la hermandad latinoamericana de la que tantes veces hemos hablado en tantas reuniones”, completó Almagro.
Desde Kingston, capital de Jamaica, donde terminó una gira que lo llevó también por Vietnam, China y Qatar, Maduro señaló: “Mi llamado al presidente Santos, nuevamente le hago un llamado, no tenga miedo al diálogo, presidente; sólo a través del diálogo usted y yo podemos canalizar la solución a estos graves problemas”. “Yo estoy dispuesto a sentarme a hablar con usted donde usted diga, cuando usted diga, como usted diga; no me huya más, deme la cara”, agregó y aseguró que Santos no quiere hablar con él por presiones internas y por eso rehuye a una cita con agenda abierta, sin condicionamientos.
Colombia y Venezuela atraviesan un serio conflicto diplomático desde que el 19 de agosto, tras un incidente armado que dejó cuatro heridos en San Antonio, Caracas cerró la frontera. Dos días después, Maduro decretó el estado de excepción –que suspende las garantías constitucionales– en la región limítrofe y Venezuela deportó a cerca de 1400 colombianos. En ese proceso hubo denuncias de violación de derechos humanos por parte de Colombia. Al menos otros 10.000 colombianos regresaron voluntariamente a su país, lo que generó problemas humanitarios para atenderlos, según el gobierno de Colombia y organismos internacionales.
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