- Publicado por Rosa C. Báez el enero 27, 2015 a las 8:40pm
Por Armando Hart Dávalos
En medio de las complejidades y los desafíos que entraña la situación actual se impone una interrogante: ¿Cuál es nuestro deber con las generaciones que vivirán bien entrado el siglo XXI para la preservación y transmisión del legado del Héroe Nacional?
Para el pueblo cubano la conmemoración del natalicio del Apóstol, así como de otras efemérides relacionadas con su vida y obra, siempre han tenido una gran relevancia. Desde luego que al rememorar estos aniversarios lo hacemos con un gran sentimiento de responsabilidad, por la significación que esa entrañable figura tiene, no solo para nuestro pueblo, sino también para los pueblos de nuestra América y el mundo. Se trata de una tradición que nos viene de la Escuela cubana, de los maestros y de muchas figuras intelectuales y políticas que la mantuvieron viva y actuante en sus pensamientos, a lo largo del pasado siglo XX.